lunes, 12 de enero de 2009

maestro Benitez.

Hay que cumplir con un tiempo desconocido
tan largo y creciente en cada tarde,
ahora, solo ahora ...cuando llueve otra vez
y se ocultó la claridad y
toda plenitud es necesaria.
Hoy mirar hacia atrás
¿cuándo , donde, a qué horas?
después de llover,
después de la lluvia.
De un lado el arcoiris,
por el otro lado tal vez ...solo tal vez,
cuarto y cobijas.
Mejor sillas vacías,
mejor la radio sonando,
mejor la salida iluminada;
mejor una mesa de madera,
un vaso usado...
Las meseras moviéndose.
Sobrevivir a pesar del cielo y de su furia;
este cielo que no es cielo, sino frente,
calle, palmera y bastante soledad.
Sobrevivir a odios y semejanzas,
sobre todo a las semejanzas,
y simplemente estar junto a la espuma,
eso.
Ni para un lado, ni para otro...
estar pensando, estar pensando...
ser
con todos los odios y los afectos cumplidos,
otra época planetaria,
sencilla,
como un clavado en aguas cristalinas.
Ser en una tarde olvidada...
cualquier plática.
Y entonces a su amparo...
la sal cae como lluvia sonora
sobre la hoja blanca,
alguien sopla
y mueve la hoja
la sal,
la lluvia,
la tarde,
la blanca armonía del instante
en que la ciudad nos recorta
en cada ventana.

José. G. Benítez Muro

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