lunes, 5 de enero de 2009

Primer desencuentro, segundo desencuentro, tercer desencuentro

Hola. Este es mi primer texto para el libro de los desencuentros, espero lo disfruten.

Bueno para los que no lo saben el libro de los desencuentros es un proyecto que pretende crear un libro colectivo, con textos de todo tipo y sin ninguna regla.

A su vez, esperamos que puedan enviarnos algún texto de su autoría para que estos desencuantros sigan creciendo.

Feliz día de reyes.

Carla P. Gonzalez Cánseco


Primer desencuentro.

El sentido de las cosas.


La confusión se convierte en claridad y entonces descubro que no somos nada importantes. Solo seres lo bastante simples como para pender de un hilo, lo suficientemente pedestres para depender de una mezcla de nitrógeno, oxigeno, anhídrido carbónico, un poco de argón, xenón y nitrógeno, todas ellas substancias insensibles, asexuadas, gases que flotan inconscientes y se revuelven unos con otros debido a una mera casualidad.

Sin embargo, debemos también entender que cada cosa constituye un suceso único gracias a nosotros, a estos pequeños insignificantes capaces de percibir. El reflejo de un rayo solar sobre un balde de agua se convierte en evento cósmico debido a una rara circunstancia., una muchacha que lo observa y se conmueve al tocarlo.

Somos pensamiento y pensamos poco, el pensamiento aspira a la verdad, quiere una ciencia siempre completa y absoluta, no una parcial, el misterio desespera y lleva a nuevas búsquedas, ya desde niños nos pervierte la duda.

Sentimos gran desprecio hacia nosotros mismos, luego de darnos cuenta, lo poco que hemos logrado utilizar las ideas con el objeto para el que nos fueron dadas, y atormentados dejamos de aspirar a la divinidad, ya que no hemos imitado en lo más mínimo su obra creadora.

Humanidad infantil y hueca que permanece en el mismo estado mediocre a pesar del tiempo, del movimiento y del espacio. Porque pienso me percibo, porque me percibo soy, porque soy al percibirme, mi único objeto es pensar, y me invade el enorme deseo de solo ser eso, pensamiento puro viajando a gran velocidad. Pensamiento que transforma cualquier metal en oro, e indaga hasta encontrar la piedra filosófica que siempre ha sido parte de su propio contenido.

La tristeza de la carne viene a estorbarme de vez en vez, sin embargo, hace ya algún tiempo que supe de las letras y las ciencias, desde ese momento tuve el deseo ferviente de aprenderlas. Por mediación de rara misericordia me han sido entregadas para sortear la pena de tales aflicciones a las que vive condenado todo hombre amante de la verdad.


Segundo desencuentro.

El sentido del amor.

“El amor es el sentimiento más elevado del género humano”. A pesar de que esta es una idea de orden público, y este tipo de ideas son aburridas porque han sido aprobadas por el populacho, el amor tiende a lo positivo. Con esto no quiero decir que logre el bien abstracto de las concepciones judeo-cristianas, ni que sea un fin en si mismo, digo que suele llevar hacia un vértigo vital. El amor es un conjunto de sensaciones y como sensación del alma tiende a mentir, amo las matemáticas porque todo miente menos ellas. El amor miente cuando nos lleva a buscar tener a otros a nuestra merced, miente cuando hace desear el dominio de algún ser, miente al prometer la elevación.
Habría que evitar el amor para poder comprender esta mezcla de ardor, deseo de poder, debilidad mental y soledad.
Ayer podía ver a través de la ventana el cuerpo desnudo de la mujer que vive enfrente., tenía anchas y redondeadas caderas, hombros angostos, labios aterciopelados. La observaba vestirse lentamente, sus brazos eran gráciles como los de una renovada Afrodita, y yo sentí suspenderse mi propia respiración, mi pecho agitado cobraba fuerza, y en ese instante, gracias a la diosa fortuna, vinieron las primeras notas de Wagner a rescatarme, notas que aportan más, son más sublimes y elevadas, que esa cotidiana y casi común piel pálida.
El amor es muchas cosas, pero sobre todo, la incapacidad de estar solos, el amor se resume en la intolerancia hacia nosotros mismos.


Tercer desencuentro.

El sentido del poder.

Poder es una palabra que tal vez sobre en el diccionario, o mejor dicho, debería poseer muchas menos acepciones. El poder hacia uno mismo debería ser el único válido. Para que exista un poder hacia los demás debe considerársele a alguien inferior. El poderoso es un ser lo suficientemente esclavo de la ignorancia como para no darse cuenta que la superioridad existe solo en un campo teórico ajeno a la realidad. Esto me ha llevado a pensar que la única solución posible al problema deberá buscarse en algo parecido a una
Izquierda extrema.
El ejercicio del poder es solo una reacción frente a la inseguridad.
Yo niego todo poder tenga cualquier origen y provenga de donde provenga.

He de liberarme del poder, debo decirle a mi madre que ha comenzado mi insurrección, que seguiré solo mis posturas éticas y filosóficas, que he de marcharme de casa para no volver a verla.
Tal vez ella accederá a esto, el único problema es que tendré que pedir un favor, yo que odio todos los favores, ya que el que otorga un favor siempre lo hace para alimentar su propia vanidad, pero no poseeré ninguna opción, y entonces, entonces tendré que decir:

-Esta todo muy bien, únicamente necesito que me ayudes a cruzar la calle, porque apenas tengo cinco años, y no sé hacerlo solo.

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